"Es como si estuviera viendo a Goya o Velázquez pintar en directo" dice una turista mientras observa al maestro pintar en la Puerta del Sol. Es cierto ver a Antonio López trabajar es como ver en su taller a un genio de otro siglo. Con la paciencia y meticulosidad de un artesano Antonio López es capaz de pasar décadas pintando una misma obra.
Dueño de una técnica depuradísima, López se convirtió en el verano del año pasado en uno de los atractivos turísticos de Madrid. El artista vivo más cotizado de España se plantó en el centro de esta famosa plaza y durante unas pocas horas de agosto atrapó la luz especial del atardecer madrileño.
Una obra que prevé acabar en unos años, y cuyo resultado serán varios lienzos que una vez unidos formarán una vista panorámica del kilómetro cero. Y es que en cada uno de sus trabajos es como si regalara al espectador un trozo de su mirada.
Y así al menos durante los 3 próximos años. Con el calor volverá, durante los 15 días de canícula y a las ocho y media recogerá sus bártulos. Una caja de pinturas con una docena de pinceles, una silla de playa, el caballete y oculto tras el lienzo se marchara entre aplausos por la Calle del Correo.
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