2 de marzo de 2010

Los dientes de Waterloo

Fotografía de unos 'Dientes de Waterloo' del BDA Dental Museum.

Al terminar el combate entre el ejército francés comandado por Napoleón Bonaparte y las tropas británicas, holandesas y alemanas dirigidas por Wellington en la batalla de Waterloo, el campo de pelea estaba cubierto por los cadáveres de casi 50.000 militares.

La carga de los coraceros franceses en Waterloo. Autor Henri Félix Emmanuel Philippoteaux.
En una imagen espantosa, en un paisaje desolador, los cuerpos de miles de jóvenes soldados se repartían hasta donde alcanzaba la vista. Es entonces tras el final, cuando aparecían los saqueadores de cadáveres. Igual que buitres se lanzaban en busca de cualquier objeto de valor, como monedas, joyas etc. Pero también buscaban otro tesoro muy valioso, los dientes de los muertos.

Dientes que se utilizaban para realizar dentaduras postizas muy costosas. Inicialmente eran realizadas con marfil de hipopótamo, morsa o elefante. Sin embargo el resultado no siempre resultaba muy natural. Además se deterioraban rápidamente. Si se quería una prótesis dental mejor, esta se realizaba con una base de marfil y con dientes humanos reales.

Foto de una mandíbula con 'Dientes de Waterloo' del Cementerio de Marylebone en el Museo de Londres. 
Pero el mayor problema era que la mayoría de los dientes que se empleaban, eran piezas dañadas de gente humilde o presos ajusticiados. Su precio era muy alto debido a que se tardaba seis semanas en hacer un conjunto completo y por la escasez de buenos "donantes".

A menudo los sacamuelas trasplantaban dientes de la encía de una persona a la encía de otra, algo que no solía funcionar y que a menudo transmitía la sífilis. Fue entonces cuando comenzaron las guerras napoleónicas y los dentistas y los ricos con problemas dentales vieron su oportunidad.

Con la muerte de miles de personas en los campos de batalla en Europa, numerosas piezas dentales de jóvenes fuertes y sanos inundaron el "mercado dental". Dientes robados a los muertos en Waterloo acabaron en el mercado inglés, donde existían ricos que podían pagar el alto precio de estas joyas bucales.

Así empezaron a conocerse los 'Waterloo Teeth' (Dientes de Waterloo). Un lujo cuyo propietario lucía con orgullo, convirtiéndose en un símbolo de ostentación necesaria para las clases acomodadas.

Vía: 1, 2, 3, 4, 5 y 6

Si te intereso esta entrada te gustara 'Dientes Dientes…' que escribió Iñaki en su magnifico blog : Historias con Historia

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3 comentarios:

Iñaki dijo...

No hay duda de que la historia está llena de bocados jugosos como esta entrada... :-)

Gracias Elzo y un saludo...

Luciano dijo...

En "Los miserables", uno de los personajes aparece saqueando cadáveres después de la batalla de Waterloo. No precisamente dientes, si no anillos u objetos de valor.
Con esa excusa, Victor Hugo aprovecha para hacer previamente una crónica muy detallada (dura dos o tres capítulos) de la batalla.

Deñiñ dijo...

Que trememendo debió ser para las personas de aquel tiempo...No contar con sus piezas dentales...Y no tener la tecnología actual para tener una buena salud dental...para combatir el dolor, higiene, infecciones, hoooo! Qué horror...