En 1983 una expedición de arqueólogos lo saco a la luz. Una ciudad faraónica que se levantaba majestuosa por encima de los 10 pisos. Pirámides, casas y veinticuatro colosales esfinges de 5 toneladas, franqueaban la avenida principal. Había también un imponente templo con 4 estatuas del faraón Ramsés II de 30 metros de altura, a orillas de un río que parecía el Nilo.
Una inmensa ciudad egipcia levantada con el sudor de 1.600 trabajadores en un radio de 25 kilómetros en el desierto californiano.
¿Son las ruinas de una sociedad egipcia que llego a California?. Lógicamente no. Toda esta urbe del faraón fue creada por el megalómano director de cine, Cecil B. DeMille para rodar la versión original de Los Diez Mandamientos de 1923. Uno de los mayores decorados jamás construidos en la historia del séptimo arte.
El cineasta quiso rodarla en Egipto, pero la Paramount pensó que sería más económico hacerlo cerca de Hollywood (30 años después, DeMille se desquito a los pies del Nilo con Charlton Heston, en la versión en technicolor mas conocida).
"Si dentro de mil años, los arqueólogos descubren las ruinas en la dunas de Guadalupe, espero que no vendan a los periódicos la noticia de que la civilización egipcia se extendió desde el Valle del Nilo a la costa del Pacífico.." Cecil B. DeMille.
El inmenso decorado fue diseñado por Paul Iribe precursor del Art decó. En solo dos meses se construyeron inmensas moles de piedra y se hicieron a mano gigantescos jeroglíficos y grabados. Se excavó un río artificial, rodeado por un oasis con 200 camellos, todo mientras una orquesta sinfónica entretenía todas las noches al plantel de 2.500 actores y extras...
Al finalizar el mes de rodaje DeMille ordenó dinamitar y enterrar todo el complejo creado para la película. Con esta destrucción DeMille, quería evitar la reutilización por parte de otras productoras de bajo presupuesto, una práctica común en la década de los locos años 20.
Una de las cabeza de caballo de casi dos metros que adornaban la "Ciudad del Faraón". Se distingue el ojo a la izquierda y la boca junto al arqueólogo.
75 años después, un puñado de arqueólogos y cinéfilos entusiastas unieron fuerzas para intentar rescatar la ciudad perdida de Cecil B. DeMille.
Arrastrando un georadar para localizar la ciudad perdida.
Con las mismas técnicas empleadas para extraer restos prehistóricos de hace 10.000 años, poco a poco surgieron las esfinges ocultas. En la actualidad los restos desenterrados se pueden admirar en el Dunes Center de Guadalupe.
Aunque muchas ruinas de aquella efímera ciudad egipcia se pueden observar repartidas aun por las dunas.
Si quieres ver esta joya del cine mudo puedes verla completa en YouTube:
Parte 1, 2, 3, 4 y 5
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