Tan singular efecto óptico suele pasar desapercibido porque se produce cuando la Basílica compostelana ya ha cerrado sus puertas y la afluencia de visitantes se limita a las terrazas de los establecimientos de hostelería de las proximidades.
Durante el día el peregrino desaparece. |
Después de algún tiempo el sacerdote propuso a la religiosa escaparse juntos para vivir su amor libremente. Se citaron al anochecer y el clérigo se disfrazó de peregrino para no llamar la atención. La esperó pacientemente, pero ella, nadie sabe por qué, no acudió a la cita. El nunca se ha resignado a la evidencia. Y desde entonces, al caer la noche, él sigue acudiendo puntualmente a la cita. Cada noche, todas las noches.
Praza da Quintana, Santiago de Compostela. Foto Pepe Fernández. |
Foto Mais Grelos. |
Éste último fue durante siglos cementerio público, de ahí su nombre, y un cementerio con enterramientos de no demasiada calidad. En un documentado estudio sobre el urbanismo compostelano en la época barroca, el profesor Andrés Rosende recoge algunas descripciones sobre el estado de estas tumbas que dan bastante más miedo que el espectro del peregrino.
A Quintana también fue lugar de juicios inquisitoriales, los llamados actos de fe. Por tanto la triste sombra también podría tratarse de un quemado en la hoguera.
Ver webcam en directo de la Praza da Quintana
Vía: 1, 2, 3, 4, 5 y 6
Menéalo si te ha gustado
Entradas relacionadas:Las 2 en punto
SiluetasSanto dos Croques
A queimada en O muiño vello
5 comentarios:
Menudo efecto tan curioso, y una historia preciosa :)
Gracias padawan, no suelo contestar a los comentarios(Por falta de tiempo). Se que eres uno de los asiduos del blog y quisiera con este agradecimiento representado en ti, agradeder a todos aquellos que comentais en Meridianos.
Muchas gracias a todos, sin vosotros hubiera dejado Meridianos hace mucho tiempo.
Salu2
¡Ey! Llevo tiempo suscrito a tu blog y esta vez has dado con algo que me toca de cerca, como estudiante de Historia coruñés en Santiago. Aquí hablamos de la sombra del monje, aunque no conocíamos ninguna historia en concreto (uno asume que es un monje porque no hay ningún motivo para que no lo sea, ¿no?). Es de las típicas cosas para turistas. ¿Quién podía predecir que la sombra de un pilote de piedra atraería tanto la curiosidad de la gente? En cuanto a las historias de la Quintana, son ciertas: la plaza, enfangada por la lluvia y otros líquidos, dejaba ver de vez en cuando los restos de los muertos. Y olía mal. Por eso se arregló, en siglos modernos.
¡Un blog genial, tío!
Hay que ver qué espesillo estoy esta tarde!!! Me ha costado un ratillo darme cuenta que "el peregrino" de las fotos es la sombra del pilote de piedra!!!
La verdad es que el efecto es genial, y bien cierto es que parece un peregrino "espectral"... aunque tú y yo sabemos que siempre hay una explicación racional, aunque no la sepamos ni la encontremos a simple vista, verdad?
Eso sí, disfruto como el que más escuchando las leyendas populares, jugando a creerme que son ciertas e imaginando que los acontecimientos sucedieron así, como nos lo cuentan los viejos del lugar...
Meneado!! Un abrazo, Elzo!!
En gallego "quintana" no significa "plaza". La quintana es la parte del atrio situada a la entrada de una iglesia (que suele servir como cementerio).
Publicar un comentario