Durante décadas Hua Chi, monje chino de 70 años, todas las mañanas antes de la salida del sol, llega al monasterio de la ciudad de Tongren, se coloca en sus propias huellas y reza unas mil oraciones antes de pasear por los alrededores.
Con este ritual repetido miles de veces, las huellas de sus pies han quedado marcadas en la madera del templo, como si fueran estampadas en la arena de la playa.
Hua Chi doctor en medicina tradicional, comenzó el ritual con ningún objetivo específico, pero con el tiempo se ha convertido en un proyecto de auto-salvación. Hua, espera que su dedicación le garantice una suave transición al más allá.
Según el budismo tibetano, tras la muerte, el espíritu pasa por un proceso de tres etapas que determina si se entra en el nirvana o se renace en uno de los seis reinos de la existencia: El reino humano, el reino de los semidioses, de los animales, de los espíritus hambrientos, de los dioses o el infierno.
El monasterio, que data de 1301, es el hogar de cientos de jóvenes que estudian las escrituras budistas.
"Durante los primeros cinco años rezaba entre 2.000 y 3.000 oraciones al día. Pero me he ido haciendo mayor y en los últimos tiempos solo llego a las 1.000", dice, lamentando que, durante el frío invierno, "no paso de las 500".
Fotografías de Reinhard Krause Vía Reuters
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2 comentarios:
Qué fantástico!
Gran historia!
Hoy venía en el 20minutos, sólo una foto y he pensado a ver si leo algo más sobre el tema y mira.... ahora la veo aquí y muchos más amplia.
Saludos!
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