23 de mayo de 2015

Las paletas de los genios de la pintura

Las paletas, esas pequeñas tablas con un agujero por donde el pintor mete el dedo pulgar, dicen mucho de su dueño. Tanto o más que uno de sus cuadros. Son como la esencia de su pintura. En las paletas está el color de cada pintor, sus tonalidades, su gama cromática y también la manera en la que mezclan, incluso la forma de la pincelada y la personalidad del autor.

Paleta de Vincent Van Gogh (1853-1890): Verde. Esmeralda, amarillo limón, azul cobalto eran sus colores preferidos. Los conseguía en la tienda de monsieur Tanguy a cambio de cuadros. Describía los objetos en términos cromáticos: azul prusia, verde esmeralda o amarillo limón. El doctor Gachet donó su paleta al Museo de Orsay.
Muchas de ellas se conservan en museos como una pieza más, que sirve como pista sobre la evolución y la obra de un autor. En las paletas se encuentran los movimientos del pincel y los colores mezclados que reflejan la mano del artista, preparada justo antes de tocar el lienzo.

Edgar Degas (1834-1917). Tenía preferencia por el verde de la piel de las ranas, por los blancos lechosos y por los turquesas verdosos que poblaban su paleta. La suya pertenece a la colección de Museo de Orsay, en París. Hacia el final de su carrera, cambió el óleo por el pastel.

Marc Chagall (1887-1985). Su paleta refleja los ramos de flores que decoraban su estudio y en los que se inspiraba para sus retratos. Ésta, de 1958, está firmada. "Mientras más complejo sea el hombre, más compleja será su paleta", dijo. Una de ellas se halla en el Museo de Orsay.
Joan Miró (1893-1983).  Miró utilizaba una paleta muy reducida pero con una gran maestría. El amarillo, rojo, azul, verde, naranja, negro y blanco son los colores que predominan en sus obras.
El fotógrafo Matthias Schaller ha pasado los últimos ocho años documentando las paletas pertenecientes a algunos de los grandes genios, maestros de la historia del arte: Van Gogh, Matisse, Picasso, Renoir, Degas, Monet, y Toulouse-Lautrec por citar algunos. Hasta la fecha, ha fotografiado más de 200 paletas de más de 70 artistas. 


Henri Matisse (1869-1954). Sus paletas se conservan en el Museo Matisse, en Niza. Mezclaba los colores directamente en la paleta, por lo que resulta evidente la similitud entre los colores de ésta y los de sus cuadros. Solía intercambiar sus paletas con las de Bonnard.
Claude Monet (1840-1926). Ésta es la última de sus paletas. Forma parte de la colección del Museo Marmottan de París. El artista las cambiaba por comida en los bistrots parisinos. En esta paleta se pueden encontrar algunos de los colores del jardín de Giverny.
Edvard Munch (1863-1944). Una paleta rica y sutil, con una combinación de colores asociados con el miedo.
Y para lograr documentar a estas reliquias, Schaller ha viajado por el mundo en busca de estas pequeñas tablas, siendo riguroso en su método, tratando a cada paleta como una muestra clínica. La fotografía final que surge es un retrato abstracto de cada artista - cada paleta es un manual sobre el uso del pintor del color, la pincelada y el espacio.
Camille Corot (1796-1875). A Jean-Baptiste Camille Corot, el pintor que preparó el camino de transición entre el clasicismo y el impresionismo, le gustaba pintar paisajes húmedos y nebulosos bañados en una luz tenue, algo que sin duda se puede comprobar en su paleta.
Pierre-Auguste Renoir (1841-1919). Pasó los últimos años en Les Colettes, en Cagnes-sur-Mer, ahora abierta al público. Allí se pueden ver algunos de sus paisajes favoritos, como los olivos en el jardín. Utilizaba colores translúcidos, que más tarde sucumbieron ante los rojos y naranjas.
Pablo picasso (1881-1973). Original en todo, utilizaba cualquier tipo de paletas: podían ser alargadas, cuadradas, ovoides... a menudo usaba una silla pintada de azul por él mismo que cubría con papeles de periódicos. Picasso casi nunca llevaba la paleta en la mano. La dejaba, con sus pinceles, encima de una silla bajita, una silla de niño, en el suelo o en la última muesca del caballete. Esta silla-paleta fue donada al Museo Picasso de París en 1985. Su precio estimado en 1996, por el perito de la casa de subastas Cornette de St-Cyr fue de más de 18.000€.
Ahora los visitantes de la Bienal de Venecia pueden admirar hasta el 7 de junio las paletas de sus artistas favoritos en la Fundación Giorgio Cini, en la isla de San Giorgio Maggiore en una exposición de grabados de gran formato de Schaller.

Vía 1, 2, 3, 4 y 5

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1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Está genial este post, me ha encantado esta curiosidad de las paletas! Lo comparto :-)! Saludos!