4 de septiembre de 2008
Asientos eyectables
Cuando el avión se introdujo como arma de combate, los primeros pilotos de caza, pensaban que era un acto de cobardía abandonar el avión si este era derribado, por lo que no veían con buenos ojos los paracaídas.
Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial cambió la mentalidad se dejo el romanticismo de los primeros ases, las máquinas eran más complejas y letales, y la perdida de la vida de los pilotos se hizo una prioridad.
Durante esta época el avión a hélice alcanzaba velocidades de hasta 700 km/h, por lo que abandonar las cabinas cerradas, debido a la presión dinámica era una tarea que exigía toda la concentración y fortaleza del tripulante. No era raro que personas heridas que hubieran escapado, murieran por no poder saltar, por lo que se comenzó a estudiar métodos mas efectivos.
Asiento ACES II a un segundo de la colisión.
La llegada de los reactores y sus velocidades cercanas a los 1.000 km/h confirmaron que saltar no era la solución, pues muchos morían al chocar con la cola del avión. El problema a resolver, era alejar rápidamente al piloto de la cabina.
Fue por aquel entonces cuando surgió un sistema que permitiese evacuar del avión al piloto en aquellos casos en los que no se podía hacer nada más.
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