9 de marzo de 2008

No me arrepiento de nada


Si la vida de Edith Piaf no estuviera bien documentada, nadie la creería. Así de inverosímiles son los extremos de las vicisitudes que 'El gorrión de París', la diminuta cantante francesa experimentó.


Según cuenta la leyenda, Edith Piaf nace debajo de una farola frente al número 72 de la rue de Belleville en París, de padre acróbata, y de madre cantante ambulante.

"En los escalones de esta casa nació el 19 de diciembre de 1915 desde la mayor indigencia, EDITH PIAF. Cuya voz, mucho mas tarde, debía sacudir al mundo"







Diminuta, volcánica, ruidosa, seductora, fea, egoísta, gruñona, diva, divertida, romántica, guturalmente superdotada... genial, 'el gorrión' colapsó los escenarios de París y de Nueva York en los años 40 y 50 con una forma de interpretar la música a medio camino entre las cuatro esquinas de la sorna, el trance, el romanticismo y el canalleo.

En 1935, es descubierta en la calle por Louis Leplée gerente de un cabaret de moda, el Gerny's, situado en la avenida de los Campos Elíseos. La invita a presentarse con el nombre artístico de la niña Gorrión ("la Môme Piaf") debido a que era de pequeña estatura (1.47 m) y cantaba como un gorrión, con una voz espléndida.

Durante la guerra, Edith Piaf cantaba en los clubes y music-halls, en donde conoció a su contemporánea alemana Ilona Hesse, y ayudaba a los prisioneros a escapar. Tras la guerra, en 1945, escribe la letra de La vida en rosa, su canción más célebre, que interpreta en la Comédie-Française.

En 1948, mientras está en una gira triunfal por Nueva York vive la historia de amor más grande de su vida con un boxeador francés de origen argelino, Marcel Cerdan, murió en un accidente de avión en el vuelo de París a Nueva York en el que viajaba para encontrarse con ella. Abatida por el sufrimiento, Édith Piaf se vuelve adicta a la morfina. Cantó su gran éxito Hymne à l'amour en su memoria.

Edith con su gran amor el boxeador Marcel Cerdan.
Edith Piaf es pasión, canto desgarrado, emoción a flor de piel. Lo sabe cualquiera que se haya dejado contagiar por la vibración estremecedora de su voz y haya percibido el palpitante compromiso visceral que revela cada sonido salido de esa garganta única.

Edith Piaf - Non Je Ne Regrette Rien (No, no me arrepiento de nada)


Ni el bien que me han hecho, ni el mal
Todo eso me da lo mismo
No, nada de nada
No, no me arrepiento de nada
Está pagado, barrido, olvidado
Me da lo mismo el pasado
Con mis recuerdos
Yo prendí el fuego
Mis tristezas, mis placeres
Ya no tengo necesidad de ellos
Barridos mis amores
con sus trémolos
barridos para siempre
Vuelvo a partir de cero
No, nada de nada
No, no me arrepiento de nada
Ni el bien que me han hecho, ni el mal
Todo eso me da lo mismo
No, nada de nada
No, no me arrepiento de nada
Pues mi vida
mis alegrías hoy comienzan contigo




Son varios los romances de Edith Piaf. Los más conocidos fueron con Marlon Brando, Yves Montand, Charles Aznavour, Théo Sarapo, Georges Moustaki y Marcel Cerdan.

Los que ya estaban embrujados por la voluptuosa voz de lija del 'pequeño gorrión' y los que habían oído hablar de Edith Piaf tanto como del cultivo de boniatos en las Barbados tienen que ir al cine para ver 'La vida en rosa', conmovedora película del director francés Olivier Dahan:


Consacré , qui m'a fait connaître à Edith. Femmes les deux, passionnées qui transmettent de l'énergie. Un grand te baiser, je veux.

1 comentario:

Anónimo dijo...

de esa recomendada pelicula,hay una escena que es soberbia, es cuando ella enloquece al saber de la muerte de Marcel y lo va buscando por las habitaciones del hotel y de repente aparece cantando en un escenario...