Los dioses deben estar locos (The Gods Must Be Crazy), es una película de 1980 escrita y dirigida por Jamie Uys. Filmada enteramente en Botswana, la película fue seguida de cuatro secuelas.
Un bosquimano que vive con su gente en el desierto de Kalahari, lejos de toda civilización, ve caer del cielo una botella vacía de Coca-Cola. Para él y los suyos este objeto desconocido es algo de los dioses. Primero todos están interesados y contentos, pero pronto la botella se convierte en objeto de discordia, por lo que el bosquimano decide llevarla al extremo de su mundo conocido, para que no ocasione más disputas. En su camino encuentra a un hombre blanco que ha recogido de un aeródromo a una joven que viene a pasar una temporada en África. A esa pareja le ocurren las cosas más insospechadas. Es una producción Australiana, filmada en África.
Como conseguir agua en el desierto:
Los bosquimanos:
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