Un masái en un árbol

Curiosa y rara fotografía de un joven masái de pie subido en un árbol, como si fuera un ave en una rama, en la reserva del Serengueti en Tanzania.

Tras la ceremonia de circuncisión y con la Shuka, manta de tela roja anudada sobre los hombros (que según cuenta la  leyenda copiaron al ver las legiones Romanas en Egipto) permanecerá durante varios días de pie sin moverse para demostrar que ya es un valiente guerrero masái.

Hay una leyenda preciosa que habla de unas legiones romanas que en busca de las míticas fuentes del Nilo se perdieron y nunca regresaron ni se supo de ellas.

Algunos afirman que el pueblo masáis (que en la actualidad se estima  que tiene una población de unos 880 000 individuos) son descendientes directos de esos romanos perdidos. Y eso explicaría  la peculiar forma de anudarse y colocarse sobre los hombros, la shuka (manta masái con su característico color rojo), sus peculiares sandalias, la forma de su cuchillo, muy parecido al glaudius (espada corta romana) y las hojas largas de sus lanzas.

Sin embargo, esta romántica leyenda ha sido echada por tierra por expertos antropólogos que afirman que su verdadero origen está en la antigua Nubia. Y que los masáis tienen un claro origen nilótico (grupo de etnias extendidas por el valle superior del Nilo)  que se estableció en lo que hoy conocemos como su territorio hace unos cinco siglos.


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