Un palestino excava un nuevo túnel entre la franja de Gaza y Egipto en el campamento de refugiados de Rafah.
A cada palestino le pagan 100 dólares americanos por cada metro que excave. Estas galerías subterráneas son utilizadas para traer mercancías procedentes del país vecino. Los túneles suelen tener una profundidad entre 20 y 30 metros y una longitud de 600 a 1200 metros, y tardan meses en construirlos.
Desde que Hamas se hizo cargo de la franja de Gaza el 13 de junio de 2007, Gaza se ha aislado del mundo exterior, y el aeropuerto de Rafah suele estar cerrado habitualmente. Estos pasos bajo la frontera son la única alternativa para traer medicinas, alimentos y otros artículos. También son utilizados para salvar los controles israelíes y así conseguir armas y explosivos.
Muchos de los trabajadores y constructores del túnel han muerto tratando de cavar o al intentar atravesarlos durante los últimos meses, pero se siguen haciendo muchos nuevos túneles. Se estima que existen unos 150 de estos pasillos secretos.
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