Bush se encontraba en Tirana, capital de Albania, único país donde no fue recibido con protestas durante su gira europea, sino con aplausos y una masa enloquecida por su presencia.
Ese momento fue aprovechado por un ladrón al que no le asustaron la presencia de los fornidos agentes del servicio secreto estadounidense, encargados de velar de la integridad del presidente de los EE UU: entre la confusión de manos, logró llevarse el reloj del hombre más poderoso del planeta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario