Meridianos: Viaje al interior de una mina de bitcoins

Una de las bases de la criptodivisa Bitcoin, es su red de mineros que certifican que las transacciones que se han producido durante un periodo de tiempo cumplen con las especificaciones de la cadena de bloques y no se han realizado con anterioridad.

Bitcoin utiliza tecnología para operar sin ninguna autoridad central ni banco, las transacciones y todo lo relacionado a Bitcoin es manejado por el colectivo de la red. Bitcoin es de código libre; su diseño es público, nadie es dueño ni controla Bitcoin pero todos pueden formar parte. A través de sus propiedades únicas, Bitcoin permite muchos usos que van mas allá de los métodos que utilizan los medios actuales de pago.

Pero el ser minero no es una acción altruista, sino que por cada bloque descubierto éste recibe 25 bitcoins. A día de hoy, a unos 223,28 euros cada bitcoin, la recompensa sería de unos 5.500 euros cada bloque. Esto ha creado un negocio donde el ganador es aquel que tenga mayor de potencia de minado de la red, lo cual le otorga mayores probabilidades de conseguir el botín en una escalada de dificultad exponencial.

Esta carrera de armamento está dando lugar a compañías esperpénticas capaces de hacer billones de cálculos por segundo a costa de facturas eléctricas estratosféricas. Estas compañías poseen instalaciones donde albergan todo su hardware y cuya localización suelen mantener en secreto.

Y en este mundo poco conocido en octubre del año pasado, Motherboard logro acceder a una enorme mina de bitcoins alojada en una antigua fábrica en la provincia de Liaoning, en la región noreste de China.

La mina es solo una de las seis propiedades de una hermética sociedad de cuatro miembros y forma parte de una operación colosal que, ha generado 4,050 bitcoins al mes, el equivalente a un importe bruto mensual de $1.5 millones de dólares.