9 de octubre de 2014

Joseph Palmer, perseguido por llevar barba

Christian Göran, Patrick Petitjean, Johnny Harrington y Benjamin Dukhan famosos modelos barbudos.
Ahora que tener una larga y frondosa barba esta de moda y aquel que la lleva es considerado moderno y/o hipster, nos parece extraño que una persona pueda ser juzgada por el hecho de no afeitarse el pelo de la cara.


Pero en la primera mitad del siglo XIX pocos hombres en Estados Unidos tenían vello facial y aquel que se dejaba crecer la barba era considerado un excéntrico y desaliñado. Sin embargo un agricultor llamado Joseph Palmer veterano de la Guerra de 1812, era de los pocos de su ciudad en tener una larga barba. Apodado "el viejo Judío", a menudo era acosado e interrogado acerca de su insistencia en llevar barba.


En mayo de 1830, Palmer fue atacado por cuatro hombres a la salida de un hotel en Fitchburg, Massachusetts. Armados con navajas y tijeras, los hombres trataron de afeitarle por la fuerza ya que consideraban que su barba era inmoral. Pero el barbudo Palmer se defendió y apuñaló a dos de sus atacantes con una navaja, y por eso fue detenido y acusado de "asalto no provocado". Fue condenado a pagar una multa de diez dólares, más otros cuarenta por la costas del juicio. Y pese a que tenía el dinero, Palmer se negó a pagar. Eso equivalía a admitir su culpabilidad y lo más importante, el derecho a lucir su gloriosa barba.

La tumba del barbudo Joseph Palmer.
Al negarse al abono de la sanción, fue encarcelado durante 15 meses, una excesiva condena agravada ademas, por el régimen de aislamiento en el que estuvo varios meses.

Un periodo que el propio Palmer contó en un detallado diario donde registro las palabras y las acciones de sus sádicos carceleros, las experiencias con los compañeros de prisión, y su firme resistencia a los esfuerzos del Estado y la sociedad para el cambio de sus hábitos y opiniones poco convencionales para la época.

Las primeras semanas tras las rejas estuvo enfermo. Luego fue golpeado varias veces por los carceleros y apunto de morir de hambre. Aislado durante varios meses, y amenazado por otros prisioneros que intentaron cortarle la barba en varias ocasiones, Palmer seguía proclamando su inocencia.

En su cautiverio escribió cartas que pasaba de contrabando a su hijo, epístolas que fueron publicadas en el Worcester Spy y ampliamente difundidas por otros periódicos. Fue así como la historia del prisionero barbudo de Worcester se conoció en todo el país.

A lo largo de su encarcelamiento, Palmer insistió en que era inocente y que pagar una multa, aunque fuera de sólo de diez dólares era admitir su culpabilidad.

El caso de Palmer se convirtió en una vergüenza para las autoridades del condado, que se dieron cuenta de que su pena superaba con creces su "crimen", y por eso enviaron varios comités a la cárcel para convencerlo de un cambio de actitud.

Pero no fue hasta que David Brigham, el juez que le había multado le visitó en prisión, que Palmer cedió. El juez también llevaba una carta de la madre de Palmer, una mujer de mas de ochenta años, rogándole que volviera a casa. El 31 de agosto de 1831, después de más de quince meses de prisión, Palmer pagó la multa y salió de la cárcel.

A su salida de prisión Palmer se interesó en la reforma política y religiosa. También estuvo involucrado en la reforma penitenciaria y fue uno de los primeros abolicionistas. Se unió a la comuna utópica Fruitlands, una comunidad agraria basada en las ideas del trascendentalismo, movimiento filosófico, político y literario estadounidense. Vía intuitiva basada en la capacidad de la conciencia individual, sin necesidad de milagros, jerarquías religiosas ni mediaciones.

La ironía es que en la última década de 1800, se pusio de moda las barbas, y todos los señores notables la llevaban. 


Palmer murió en 1873 a la edad de 84 años, está enterrado en el Cementerio Evergreen en North Leominster y su lápida tiene su barbudo retrato junto con el epitafio: "Perseguido por llevar barba".

Diez años antes de la muerte de Palmer, Abraham Lincoln sería el primer presidente de los Estados Unidos en llevar una barba durante el cargo.

El caso de Palmer fue recogido por el profesor de la Facultad de Derecho de Harvard Zacarías Chafee en un libro sobre la libertad de expresión. Donde refutó los intentos de justificar el encarcelamiento de aquellos cuyas palabras o comportamiento suscitan reacciones violentas en los demás.

Vía 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8.

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