Lo tuvieron colgado de las muñecas al techo de una celda de aislamiento; lo apaleaban cada veinte minutos, sobre todo en las piernas e ingles. Los militares se divertían al oírlo gritar “¡Allah!”. Al cabo de unos días, Dilawar no conseguía tenerse en pie. Murió colgado en su celda el 10 de diciembre, tras padecer un infarto debido a los golpes.
Este hecho es el hilo conductor del documental, que desvela las torturas del ejército norteamericano en centros de internamiento como los de Bagram, Abu Grahib o Guantánamo a través de duras imágenes de las torturas y del testimonio de algunos de los militares que participaron en ellas siguiendo las órdenes de un Gobierno para el que todo está justificado en la lucha contra el terrorismo:
Si quiere ver el documental completo puedes verlo aquí:
A principios del 2003 se sucedieron numerosos casos de abuso y tortura de prisioneros encarcelados en la prisión de Abu Ghraib en Iraq por el personal de la Brigada 372 de la Policía Militar de los Estados Unidos, agentes de la CIA y contratistas involucrados en la ocupación de Iraq. Aquí el archivo completo de las fotografías del horror: The Abu Ghraib files
El problema es que cuando casos como estos se descubren, se responsabiliza sólo a quienes lo infringen, cuando en realidad las órdenes vienen de arriba. Los gringos son los verdaderos terroristas.
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