Anoche estuve en Hoyos del Espino (Ávila ) en el Festival “Músicos en la naturaleza” organizado por la Fundación Patrimonio Natural , con las actuaciones de Los Secretos , Dolores O´Riordan , (La mejor de la noche sin duda), Santiago y Luis Auseron y el grupo británico Echo & The Bunnymen.
Los Secretos, banda de los años ochenta. Su cantante Álvaro Urquijo, se animó recordando las viejas canciones de un grupo que suena fresco, como si sobre ellos no pesará la edad.Así, en los escasos 50 minutos sobre el escenario tocaron temas legendarios, entre otros : “Volver a ser un niño”, “Pero a tu lado”, “Ojos de gata”, “Ojos de pérdida” y “Buena chica”, despidiéndose como otros clásico y con el que les hizo conocidos hace más de dos décadas. “Déjame”.
Siguió Dolores O´Riordan. En una hora de actuación tuvo tiempo de cantar canciones del que fuera su grupo, The Cranberries, y de su primer disco en solitario, Are you listening?. Con su buena voz, melódica pero rotunda y a veces desgarradora, unió los temas conocidos de su anterior etapa como “Dreams” y “Ode to my family”, a los que llevan su impronta personal, de los que “Ordinary day” o “Loser” son ejemplos, siempre acompañado con una compacta banda.
Reconoció que hacía frío, " It´s cold" repetía, pero como se movió continuamente en el escenario, en las últimas canciones se despojó de la cazadora y lanzó su toalla al público.
Y llegó el turno a Santiago y Luis Auserón, con su última experiencia, “Las malas lenguas”, hacen un ejercicio de trasladar canciones anglosajonas al español: “un guateque entre pinos de Gredos”, lo denominó Santiago. Así, repasaron sus originales versiones de canciones . Algunas como “Tristeza de verano”, de Eddie Cochran; “Duro de pelar”, de Otis Redding: “Hotel del dolor”, Elvis Presley; o “Balada de un tipo flaco”, de Bob Dylan.
Echo & The Bunnymen cerraron el concierto demostrando que, pese a los años, siguen vivos, y que perdura como grupo de culto aquella banda de los ochenta, aunque el frío provocó que tuvieran menos espectadores, que ya habían comenzado a marcharse.
Músicos en la Naturaleza, (2ª parte)
Intentan servir a Buda mediante sacrificios, el más conocido es su resistencia física. Son atletas espirituales de la secta Budista, 
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